Que recuerdos tan bonitos me traen estas tortas; mi madre me las hacía para desayunar los domingos y para mí no había otro desayuno mejor que ése. En mi pueblo se hacen desde muy antiguo; la harina era uno de los productos que siempre había en la despensa y hasta el pan se hacía en algunas casas que tenian horno de leña. ¡Que tiempos aquellos! Como siempre he recordado estas tortitas tan buenas y que apenas se hacen ya, quiero pasaros las recetas para que la conozcais y podais probar este suculento y sencillo desayuno. Podemos poner miel o azúcar según nos guste, para desayuno o merienda eso si siempre de la sartén al plato. ¡Y a disfrutar de ellas!
Ingredientes para la masa:
- 350g de harina de fuerza.
- 15g de levadura fresca (prensada).
- 215g de agua tibia.
- Sal, un pellizquito.
- Aceite de girasol para freir.
- Miel o azúcar, según se prefiera.
Elaboración:
1. Colocamos la harina en un recipiente y hacemos un hueco en el centro. Deshacemos la levadura en unas 3-4 cucharaditas de agua tibia y ponemos en el hueco de la harina, agregamos el agua restante y la sal. Lo mezclamos todo poco a poco.
2. Cuando la masa se separe del bol, amasamos a mano un poco y haciendola una pelota la ponemos en otro cuenco para reposar tapandola con un paño húmedo.
3. Pasados unos 30-40 minutos dependiendo del calor que haya en el ambiente veremos que habrá doblado su tamaño, volvemos a sacar del cuenco y amasamos a mano de nuevo en una superficie seca espolvoreando un poco de harina sobre ella.
4. Cuando este bien homogeneizada y flexible cogemos pellizcos y le damos forma para ir haciendo las tortitas.
5. Una vez hechas freimos en abundante aceite de girasol. Apartamos y servimos de inmediato poniendo miel o azúcar según el gusto de cada cual y a la mesa.
¡Buen provecho!
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